Mujer bella para mis ojos,
tan atenta y tan calmada,
tus párpados solo caen,
cuando no me miras,
para ti tu mayor ofensa es no amarte,
te preocupas y no procuras sofocarme,
lo deseable de tus labios es atarte con los míos,
la silueta formada en tus ojos,
es mi rostro contemplando el tuyo,
tienes la sublime voz como la brisa,
y tus acciones son más complejas que la naturaleza,
si me ayudas, me sometes a tus brazos,
y me adhiere a tus pechos,
si mi respiración falla,
como buen socorrista me salvas,
con tu mano en mi espalda,
me das ánimos y me besas,
sintiendo la seguridad y confianza,
me amas más allá de cualquier distancia.
Autor: Rubén Prado
tan atenta y tan calmada,
tus párpados solo caen,
cuando no me miras,
para ti tu mayor ofensa es no amarte,
te preocupas y no procuras sofocarme,
lo deseable de tus labios es atarte con los míos,
la silueta formada en tus ojos,
es mi rostro contemplando el tuyo,
tienes la sublime voz como la brisa,
y tus acciones son más complejas que la naturaleza,
si me ayudas, me sometes a tus brazos,
y me adhiere a tus pechos,
si mi respiración falla,
como buen socorrista me salvas,
con tu mano en mi espalda,
me das ánimos y me besas,
sintiendo la seguridad y confianza,
me amas más allá de cualquier distancia.
Autor: Rubén Prado
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